Asociación Española del Amoníaco Renovable

La Comisión Europea establece normas para el hidrógeno renovable

El hidrógeno desempeña un papel clave en nuestro Pacto Verde Europeo y en el plan REPowerEU. La ampliación del uso del hidrógeno renovable, el amoníaco y otros derivados acelerará la descarbonización de nuestro sistema energético y reducirá en gran medida la dependencia de la UE respecto de los combustibles fósiles importados de Rusia.

Es fundamental definir ahora las condiciones en las que el hidrógeno puede considerarse «renovable» para facilitar el aumento de la producción de este elemento químico en Europa y procurar que el hidrógeno contribuya plenamente a alcanzar los objetivos del paquete de medidas «Objetivo 55» y del plan REPowerEU. Y también es importante que el aumento de la demanda de hidrógeno se fundamente en la creación de nuevas capacidades de generación de electricidad renovable.

Por consiguiente, la Comisión ha adoptado dos actos delegados, tal como se exige en el artículo 27, apartado 3, de la Directiva sobre las fuentes de energía renovables [Directiva (UE) 2018/2001], en los que se define qué es el hidrógeno renovable para la UE. De este modo, complementa su labor en torno a un marco regulador de la UE para el hidrógeno y su interacción con otras normas de la UE, especialmente las relativas a la infraestructura energética y las ayudas estatales, así como con los objetivos de consumo que se han propuesto para el hidrógeno renovable en los sectores de la industria y el transporte que figuran en el paquete de medidas «Objetivo 55».

1. ¿Qué propone la Comisión y cuáles son los objetivos de estas normas?

El primer acto delegado define cuándo el hidrógeno, los combustibles basados en hidrógeno u otros vectores energéticos pueden considerarse combustibles renovables de origen no biológico. Las normas deben garantizar que estos combustibles solo se produzcan a partir de electricidad renovable «adicional» que se haya generado al mismo tiempo y en la misma zona en que tiene lugar la propia producción de los combustibles.

El segundo acto delegado establece la metodología para calcular la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que se logra al utilizar combustibles renovables de origen no biológico y combustibles de carbono reciclado. La metodología tiene en cuenta el ciclo de vida completo de los combustibles para calcular las emisiones que producen y el descenso de emisiones que implican. También establece que el uso de combustibles de carbono reciclado debe conllevar una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de un 70 % como mínimo en comparación con los combustibles a los que sustituyen.

 2. ¿Qué son los combustibles renovables de origen no biológico y qué relación tienen con el hidrógeno renovable? 

Los combustibles renovables de origen no biológico, son combustibles líquidos o gaseosos renovables cuyo origen no es biológico y que pertenecen al grupo de combustibles renovables que se define en la Directiva sobre las fuentes de energía renovables (artículo 2, punto 36). Estos combustibles se producen a partir de fuentes de energía renovables distintas de la biomasa. Por tanto, el hidrógeno gaseoso renovable que se produce en un electrolizador alimentado por electricidad procedente de fuentes renovables se considera un combustible renovable de origen no biológico. Al mismo tiempo, los combustibles líquidos, como el amoníaco, el metanol o los electrocombustibles, se consideran combustibles renovables de origen no biológico cuando se producen a partir de hidrógeno renovable.

Hasta la fecha, solo se consideraba que los combustibles renovables de origen no biológico contribuían a los objetivos de Europa en materia de energías renovables si se utilizaban como combustible para el transporte. Sin embargo, la Comisión, en su modificación de julio de 2021 de la Directiva sobre las fuentes de energía renovables, propuso que los combustibles renovables de origen no biológico se contabilizasen a efectos de los objetivos de Europa en materia de energías renovables, independientemente del sector de uso final en el que se consuman.

El hidrógeno renovable producido a partir de fuentes de biomasa (como el biogás) no se considera un combustible renovable de origen no biológico, pero está cubierto por la Directiva sobre las fuentes de energía renovables en la definición de «combustibles de biomasa». Los combustibles de biomasa ya se pueden tener en cuenta en los objetivos de Europa en materia de energías renovables siempre que cumplan las normas de sostenibilidad correspondientes.

Los combustibles renovables de origen no biológico solo se contabilizarán a efectos del objetivo de energía renovable de la UE si reducen las emisiones de gases de efecto invernadero más del 70 % en comparación con los combustibles fósiles, que es la misma norma que se aplica al hidrógeno renovable producido a partir de biomasa. En el segundo acto delegado que se ha adoptado hoy, se establece la metodología exacta para calcular la reducción de emisiones de los combustibles renovables de origen no biológico.

 3. ¿Cómo garantizarán estas normas que haya suficientes energías renovables para la producción de hidrógeno y para la red eléctrica? 

Se prevé que la producción de hidrógeno aumente a lo largo de varios años. Aunque inicialmente habrá una demanda insignificante de electricidad para la producción de hidrógeno, esta demanda aumentará hacia 2030 con la implantación masiva de electrolizadores a gran escala. La Comisión estima que se necesitan alrededor de 500-550 TWh de electricidad renovable con vistas a cumplir la meta de REPowerEU para 2030 de producir 10 millones de toneladas de combustibles renovables de origen no biológico. El objetivo de 10 millones de toneladas en 2030 corresponde al 14 % del consumo total de electricidad de la UE, y se refleja en la propuesta de la Comisión de que se fije el 45 % como objetivo de la UE en materia de energías renovables para 2030.

El hidrógeno es un vector energético y no una fuente de energía renovable en sí misma. Por tanto, el hidrógeno renovable producido con electrolizadores solo puede considerarse renovable si se produce a partir de electricidad renovable. A menos que el sistema eléctrico ya esté descarbonizado en gran medida, es fundamental satisfacer la demanda de electricidad para la producción de hidrógeno con una generación adicional de electricidad renovable. Si la producción de hidrógeno no lleva aparejado que se genere más electricidad renovable, la demanda adicional de electricidad por parte de los electrolizadores podría provocar un aumento de la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles.

Las normas que proponemos establecen criterios específicos para que los productores de hidrógeno demuestren que la electricidad que utilizan es renovable, tanto en caso de que su planta de producción esté conectada directamente a una planta de energía renovable como si la electricidad se extrae de la red eléctrica.  En este último caso, el Acto Delegado ofrece varias formas de demostrar que la electricidad utilizada es renovable, especialmente cuando baje la demanda, y cuando una zona de licitación determinada alcance una cuota del 90 % de electricidad renovable en la combinación de electricidad o la intensidad de las emisiones de la electricidad sea inferior a un determinado umbral. No será necesario, en tales casos, añadir a la red capacidad de energía renovable adicional para cumplir la obligación de reducir las emisiones. En las zonas de estas características, la generación de electricidad renovable ya superará la demanda durante grandes períodos del año y la producción de hidrógeno puede absorber un exceso de electricidad renovable que, de otro modo, se perdería. No obstante, sigue siendo importante garantizar que no se produzca hidrógeno en horas en las que pueda haber escasez de electricidad renovable. Por tanto, hay un número limitado de horas de producción de hidrógeno para evitar la producción en horas en las que la electricidad renovable sea escasa y cara.

El marco propuesto también ofrece a los productores la posibilidad de demostrar que el hidrógeno es renovable si pueden garantizar que haya una producción de electricidad adicional y que la producción se optimice temporal y geográficamente con respecto a la producción de la electricidad renovable utilizada. La celebración de un acuerdo de adquisición de electricidad con productores de energía renovable es, por ejemplo, una forma de que los productores de hidrógeno cumplan los principios de «adicionalidad» en determinadas condiciones.

 4. ¿Cómo empezarán a aplicarse estas normas?

En general, las normas propuestas están diseñadas para un mercado emergente que debe desarrollarse y establecerse. En la actualidad, existen unos 160 MW de electrolizadores, la mayoría de los cuales están situados en plantas de demostración. La planta más grande actualmente en construcción es de 20 MW. La estrategia de la UE para el hidrógeno pretende implantar 6 000 MW de electrolizadores alimentados con electricidad renovable de aquí a finales de 2025.

Para contribuir a una pronta expansión de los electrolizadores, y teniendo en cuenta que en un futuro próximo habrá una disponibilidad limitada de generación de electricidad renovable no subvencionada, los productores de hidrógeno renovable tendrán la posibilidad de firmar acuerdos de adquisición de electricidad renovable a largo plazo con las plantas existentes, siempre que sus electrolizadores entren en funcionamiento antes de 2028. El motivo de esta excepción es el tiempo que llevan la planificación, los procesos de concesión de permisos y la instalación de nuevas energías renovables adicionales, lo cual podría dar lugar a retrasos en la implantación de electrolizadores y limitar el potencial de creación de economías de escala.

En una fase de introducción gradual, los productores de hidrógeno solo deberán respetar una equivalencia mensual entre generación de electricidad renovable y producción de hidrógeno renovable. En otras palabras, los productores de hidrógeno renovable podrán tener sus electrolizadores en funcionamiento a cualquier hora siempre que la cantidad total de electricidad renovable consumida se corresponda con la cantidad total de hidrógeno renovable que se haya producido en ese mes natural del año. De este modo, los productores de hidrógeno renovable podrán suministrar un flujo constante de hidrógeno renovable a sus clientes, especialmente en aquellos casos en los que todavía no se cuente con infraestructuras u opciones de almacenamiento de hidrógeno.

Por otra parte, estas normas están concebidas para ser más rigurosas a medida que el sector se expanda, según lo previsto. A partir de enero de 2030, todos los productores de hidrógeno renovable, incluidos los que hayan firmado contratos con centrales de generación de energía renovable existentes, tendrán que asegurar la correlación entre la electricidad que compren y el hidrógeno que produzcan por hora. Los Estados miembros que lo deseen podrán introducir la correlación horaria a partir del 1 de julio de 2027, previa notificación a la Comisión.

 5. ¿Cómo tienen en cuenta estas normas todo el ciclo de vida de los combustibles renovables de origen no biológico?

El método propuesto para calcular las emisiones de gases de efecto invernadero durante el ciclo de vida de los combustibles renovables de origen no biológico tiene en cuenta las emisiones a lo largo de todo el ciclo de vida de los combustibles, incluidas las emisiones desde la fuente, las emisiones que conlleva la toma de electricidad de la red, las de la transformación y las relacionadas con el transporte de estos combustibles al consumidor final.

La metodología también aclara cómo calcular las emisiones de gases de efecto invernadero del hidrógeno renovable o sus derivados en caso de que se genere conjuntamente en una planta que produzca también combustibles fósiles.

 6. En estos actos delegados, ¿se considera «renovable» el hidrógeno producido a partir de energía nuclear?

Los actos delegados que se han propuesto se derivan de la Directiva sobre las fuentes de energía renovables, y en esta Directiva la energía nuclear no figura entre las fuentes de energía renovables. Como parte del paquete de descarbonización de los mercados del hidrógeno y el gas que se propuso en diciembre de 2021 y que actualmente negocian los colegisladores, la Comisión presentó una definición de hidrógeno con bajas emisiones de carbono, que es un hidrógeno derivado de fuentes no renovables que produce, a lo largo de todo su ciclo de vida, como mínimo un 70 % menos de emisiones de gases de efecto invernadero que el gas natural fósil. Con arreglo a la propuesta de la Comisión, a más tardar el 31 de diciembre de 2024 se establecerá en un acto delegado una metodología para evaluar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero derivada de los combustibles hipocarbónicos. 

7. ¿Se aplicarán estas normas también a las importaciones?

Las obligaciones que se establecen respecto a la producción de hidrógeno renovable se aplicarán tanto a los productores nacionales como a los productores de terceros países que deseen exportar hidrógeno renovable a la UE para contabilizarlo a efectos de los objetivos europeos en materia de energías renovables. Además, se introducirá un sistema de certificación basado en los denominados «regímenes voluntarios» para garantizar que los productores de terceros países cumplan los mismos criterios.

Los Estados miembros están obligados a aceptar las pruebas que obtengan de los regímenes reconocidos por la Comisión. Así se reduce la carga administrativa de los productores de hidrógeno, ya que no están obligados a seguir procedimientos distintos en cada Estado miembro. Para que la Comisión reconozca los regímenes, estos deben demostrar que son capaces de verificar de forma adecuada que se hayan cumplido correctamente las obligaciones legales aplicables a la producción de hidrógeno renovable.  Para ello, los regímenes deben establecer procedimientos detallados de certificación y requisitos de documentación que tienen que cumplir los productores de combustible. Por otro lado, se encargará a auditores independientes de terceras partes que verifiquen que la aplicación sea correcta. Los regímenes voluntarios se utilizan ya desde hace más de una década para certificar los biocarburantes y la biomasa en todo el mundo. Estos regímenes podrán ahora ampliar su ámbito de aplicación al hidrógeno renovable, dado que el marco regulador está listo para ello.

Por otra parte, el acto delegado ya ofrece orientaciones sobre cómo deben aplicarse los criterios que no puedan implementarse en terceros países como, por ejemplo, la exigencia de que se produzca el hidrógeno dentro de la misma zona de licitación.

8. ¿Afectarán los actos delegados al apoyo económico de la UE al hidrógeno renovable?

Al proporcionar definiciones y criterios claros, los dos actos delegados adoptados hoy ayudarán a canalizar los fondos de la UE hacia el hidrógeno renovable y servirán de orientación para la aprobación de los regímenes nacionales de ayudas estatales. Hasta la fecha, la UE ha contribuido a la producción de hidrógeno renovable a través de diversas herramientas, como el Fondo de Innovación, el Fondo de Modernización, el Programa LIFE, el Fondo de Transición Justa y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

El 27 de enero de 2022, la Comisión adoptó las nuevas Directrices sobre ayudas estatales en materia de clima, protección del medio ambiente y energía, que armonizan las normas sobre ayudas estatales con las prioridades estratégicas de la Comisión, en particular las establecidas en el Pacto Verde Europeo, y el paquete de medidas «Objetivo 55». Estas directrices amplían las categorías de inversiones y tecnologías que los Estados miembros pueden apoyar para abarcar todas las tecnologías que pueden cumplir el Pacto Verde Europeo, entre ellas la producción de hidrógeno renovable. Además, el 15 de julio de 2022 y el 21 de septiembre de 2022, la Comisión aprobó, con arreglo a las normas sobre ayudas estatales de la UE, dos proyectos importantes de interés común europeo (PIICE) en el ámbito del hidrógeno. Los dos proyectos aportarán hasta 10 600 millones EUR de financiación, que se espera que desbloqueen otros 15 800 millones EUR en inversiones privadas. Además, varios Estados miembros están elaborando sistemas competitivos para que los proyectos de hidrógeno renovable se desarrollen con el menor coste posible.

También se están canalizando inversiones considerables hacia la producción de hidrógeno renovable a través de los planes nacionales de recuperación y resiliencia. Hasta la actualidad, se han asignado más de 10 000 millones de euros en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, con 4 900 millones de euros que se canalizan a través de PIICE. En total, once Estados miembros han incluido, en sus planes de recuperación y resiliencia, medidas dirigidas, parcial o exclusivamente, al hidrógeno verde, mientras que otros cinco Estados miembros han integrado en sus planes medidas dedicadas únicamente a la economía del hidrógeno en general. En este último caso, las inversiones en redes, movilidad e I+D+i ascienden, como mínimo, a 2 700 millones de euros. Por tanto, los actos delegados de hoy completan las orientaciones que se facilitaron respecto a los capítulos de REPowerEU en los planes y proporcionan a los promotores de proyectos la seguridad jurídica de que los proyectos que hayan propuesto darán lugar efectivamente a la producción de un hidrógeno renovable que pueda tenerse en cuenta para los objetivos europeos en materia de energías renovables.

Las normas propuestas también proporcionarán seguridad jurídica a los promotores de proyectos de hidrógeno renovable que estén interesados en la última convocatoria del Fondo de Innovación de la UE, que dispone de un presupuesto específico de 1 000 millones de euros para proyectos que contribuyan al hidrógeno renovable y la electrificación de la industria. Además, a partir de 2023, el Fondo de Innovación respaldará subastas de primas fijas para la producción de hidrógeno renovable, tal como se anunció en el Plan Industrial del Pacto Verde. La primera subasta piloto tiene un presupuesto indicativo de 800 millones de euros. Después de ella habrá más subastas u otras modalidades de ayuda a la producción de hidrógeno, que abarcarán la parte interna de la UE del Banco Europeo del Hidrógeno anunciada por la presidenta Von der Leyen en su discurso sobre el estado de la Unión del año pasado.

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