Prioridades clave para el amoníaco como combustible
El último documento técnico de RINA [Registro Italiano Navaler] explica que lograr un mercado de amoníaco bajo en carbono exige una estrategia integrada que combine política, regulación, financiamiento y tecnología.
Según la organización, los gobiernos, productores y otros interesados ya han tomado algunos pasos para reducir las emisiones de producción de amoníaco, pero siguen siendo altas, lo que exige una mayor ambición y acción coordinada. Así, RINA ha señalado diez prioridades clave que allanan el camino hacia un futuro sostenible y económicamente viable para el amoníaco. Estas son las siguientes:
1.- Impulsar la inversión a través de un portafolio de políticas integral
La producción de amoníaco bajo en carbono requiere importantes inversiones de capital y operativas, que a menudo son consideradas de alto riesgo por los actores del sector privado. Los gobiernos desempeñan un papel crítico en la creación de condiciones favorables a través de medidas de política robustas. Estas incluyen créditos fiscales para la producción, subvenciones y primas verdes, todas las cuales reducen el riesgo de proyectos en etapa temprana.
Los incentivos del lado de la demanda, como subsidios para fertilizantes bajos en carbono y embarcaciones alimentadas con amoníaco, fomentan la adopción del mercado mientras logran economías de escala. Incorporar amoníaco bajo en carbono en las estrategias energéticas nacionales, sistemas de certificación transparentes y mecanismos de precios de carbono fortalece aún más la confianza de los inversores y acelera el crecimiento del mercado.
2.- Descarbonizar la producción de amoníaco existente
Modernizar las plantas de amoníaco existentes ofrece el camino más rápido hacia la reducción de emisiones. Tecnologías como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y la reforma de metano por vapor electrificado (eSMR) pueden transformar las instalaciones existentes aprovechando la infraestructura establecida. La transición hacia el hidrógeno renovable como materia prima representa una ruta directa hacia la sostenibilidad.
3.- Reducir costos y escalar
El futuro del amoníaco depende de la escalabilidad de las cadenas de valor del hidrógeno verde y la CAC. El amoníaco azul depende de la captura, transporte y almacenamiento de CO₂ asequibles. Las prioridades incluyen avanzar en tecnologías de captura rentables, crear centros integrados de CO₂ y garantizar un destino seguro y permanente para el CO₂ capturado. El amoníaco verde requiere reducir los costos de producción de hidrógeno escalando la fabricación de electrólitos e invirtiendo en infraestructura de energía renovable.
La planificación coordinada entre los interesados, la claridad regulatoria y las asociaciones público-privadas serán clave para construir cadenas de suministro resilientes capaces de entregar amoníaco a gran escala.
4.- Apoyar la innovación a través de I+D+i
Un ecosistema sólido de I+D+i es vital para desbloquear el potencial del amoníaco bajo en carbono. Esto implica mejorar tecnologías como el hidrógeno electrolítico impulsado por energía renovable variable, la pirólisis de metano, métodos avanzados de CAC y la descomposición del amoníaco para la recuperación de hidrógeno.
Las áreas clave de enfoque incluyen mejorar el costo, la eficiencia y la durabilidad de los electrólitos. Para las tecnologías de CAC, reducir los costos en la captura de CO₂ y explorar métodos de captura innovadores y energéticamente eficientes son prioridades.
Además, los proyectos de demostración a gran escala desempeñan un papel crucial en la validación de estas innovaciones y en el logro de economías de escala. Los sectores público y privado deben colaborar para financiar y escalar tecnologías prometedoras adaptadas a las necesidades regionales.
5.- Construir infraestructura de transporte y almacenamiento de amoníaco
Desarrollar una infraestructura efectiva de transporte y almacenamiento de amoníaco es crítico para la implementación generalizada. El desafío radica en coordinar sistemas que apoyen el amoníaco, el hidrógeno y el dióxido de carbono.
Los sistemas existentes, como puertos de recepción, tuberías e instalaciones de almacenamiento, deben ser modernizados para manejar las propiedades únicas del amoníaco de manera segura y eficiente. En los países exportadores, es esencial construir nuevas instalaciones, desde hubs de producción de amoníaco a gran escala hasta terminales de envío dedicadas, para satisfacer la creciente demanda global.
Estas instalaciones deben alinearse con las rutas comerciales esperadas e incluir sistemas de seguridad avanzados para garantizar un funcionamiento confiable. Las asociaciones público-privadas y los procesos de permisos simplificados serán esenciales.
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