José Ramón Freire

* Director General de la Asociación Española del Amoniaco Renovable (AEAR)

Los combustibles marinos sostenibles podrían llegar a ser más baratos que los búnkeres convencionales a base de petróleo a partir de 2035, cuando se tengan en cuenta las regulaciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero, como los mecanismos de fijación de precios del carbono, dijo el 21 de marzo la empresa de tecnología finlandesa Wartsila.

La UE ha ampliado su sistema de comercio de derechos de emisión para incluir el transporte marítimo desde este año, con una cobertura del 40% de las emisiones de las compañías navieras en viajes que involucren a la UE este año, proporción que  aumentará al 70% en 2025 y al 100% a partir de 2026. Con precios actuales de los derechos del entorno de los  60 EUR/mtCO2e los participantes del mercado esperan una trayectoria ascendente, la UE necesita ajustar este mecanismo para cumplir su objetivo de neutralidad climática para 2050. Bruselas también ha planeado marcar el comienzo de FuelEU Maritime sobre la intensidad de GEI en la energía marina en el comercio relacionado con la UE a partir del próximo año, un  reglamento que deberá endurecerse en las próximas décadas.

Si bien los combustibles sostenibles seguirán siendo de tres a cinco veces más caros que los combustibles convencionales actuales en 2030, ETS y FuelEU Maritime podrían hacer que el coste de los combustibles convencionales se duplique con creces para finales de esta década, afirmó Wartsila en un artículo de investigación. Platts evaluó el precio del combustible del combustible con un 0,5% de azufre, la opción predominante también conocida como combustible de muy bajo contenido de azufre (VLSFO, Very Low Sulfur Fuel Oil), en 585 dólares/tm en Rotterdam el 20 de marzo. Teniendo en cuenta las regulaciones, los costos del amoniaco con bajas emisiones de carbono, Según la investigación de Wartsila, el amoníaco, el hidrógeno comprimido y las baterías marinas podrían representar entre el 60% y el 80% del VLSFO en 2035. Según las previsiones de la empresa, los biocombustibles como el biodiésel, el metanol, el bioetanol y los combustibles azules como el amoníaco producido a partir de fuentes fósiles con tecnología de captura podrían experimentar un gran crecimiento en la década de 2030 como combustibles marinos. Los combustibles sintéticos  basados en hidrógeno renovable, como el amoníaco “verde”, llegarán a volúmenes significativos a partir de finales de la década de 2030, según Wartsila.