El amoniaco verde
José Ramón Freire
Director general AEAR
El amoniaco es una materia prima esencial para la producción de fertilizantes y, por tanto, para la agricultura moderna. Descarbonizar este sector requiere sustituir el actual amoniaco gris por amoniaco renovable. Pero su potencial no se limita al ámbito agrícola: el amoniaco renovable está ganando protagonismo como vector energético clave en la transición hacia un modelo energético limpio, gracias a su papel en el almacenamiento, transporte y uso del hidrógeno verde, así como en su aplicación directa como combustible.
El transporte marítimo representa 2,9% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica . No obstante, se prevé que las emisiones del transporte marítimo aumenten 35% para 2050, si no se adoptan medidas urgentes . Asimismo, la ONU estima que el transporte marítimo gestiona aproximadamente 80% del comercio mundial por volumen, lo que acentúa su relevancia económica. Por tanto, es fundamental reducir su impacto ambiental.
La electrificación del transporte marítimo resulta compleja con la tecnología actual, ya que los buques requieren enormes cantidades de energía para recorrer largas distancias sin escalas, algo que las baterías actuales no pueden proporcionar. Electrificar un buque implicaría instalar sistemas de baterías tan voluminosos y pesados que reducirían drásticamente su capacidad de carga. Además, exigiría una infraestructura portuaria de recarga inexistente.
Ante este escenario, los combustibles renovables surgen como alternativa viable. El hidrógeno verde es una opción, pero el amoniaco ofrece ventajas significativas: se mantiene líquido a temperaturas mucho menos extremas (-33ºC frente a los -253 ºC del hidrógeno), lo que simplifica su almacenamiento y transporte; además, presenta una densidad energética por volumen muy superior, lo que permite transportar más energía en menos espacio.
El amoníaco renovable se perfila como una solución estratégica para el búnkering sostenible
El amoniaco renovable, frente a otros combustibles sintéticos que requieren CO2 biogénico y procesos de producción más complejos y aún en desarrollo industrial, puede producirse mediante una tecnología industrial implantada a gran escala desde hace más de un siglo (el proceso Haber-Bosch). Esta madurez tecnológica, combinada con la existencia de una infraestructura global de producción, transporte y almacenamiento (especialmente en puertos industriales), posiciona al amoniaco como uno de los derivados más accesibles y escalables del hidrógeno renovable. Actualmente, hay 120 puertos alrededor del mundo donde se maneja amoniaco, lo que refuerza su viabilidad a corto y medio plazo.
España no es ajena a esta transformación. Ya están en marcha proyectos orientados a la producción, uso y transporte de amoniaco renovable, con el doble objetivo de proporcionar una materia prima sostenible para la descarbonización de la industria química europea y de facilitar el suministro de un combustible renovable en puertos y entornos marítimos.
En este contexto, el amoníaco renovable se perfila como una solución estratégica para el búnkering sostenible, permitiendo abastecer a los buques con un combustible libre de carbono a través de instalaciones portuarias ya preparadas para su almacenamiento y distribución. Este enfoque refuerza la competitividad de los puertos españoles en la transición energética del transporte marítimo y abre nuevas oportunidades para la generación y exportación de esta materia prima y combustible producido localmente a partir de nuestra energía renovable.
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